Antiguos cazadores y recolectores: ¡Revelado el secreto genético del Altiplano!

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Investigadores internacionales de la Universidad de Tubinga están descubriendo las raíces genéticas de una cultura de cazadores-recolectores desconocida en Colombia.

Internationale Forscher der Universität Tübingen entdecken genetische Wurzeln einer unbekannten Jäger- und Sammlerkultur in Kolumbien.
Investigadores internacionales de la Universidad de Tubinga están descubriendo las raíces genéticas de una cultura de cazadores-recolectores desconocida en Colombia.

Antiguos cazadores y recolectores: ¡Revelado el secreto genético del Altiplano!

Un equipo de investigación internacional del Universidad de Tubinga, el Centro Senckenberg para la Evolución Humana y Paleoambiente y la Universidad Nacional de Colombia han publicado hallazgos innovadores sobre la historia genética de Colombia. En un estudio publicado en la revista Science Advances, los científicos descubrieron una población temprana de cazadores-recolectores previamente desconocida en el Altiplano, la meseta que rodea Bogotá, que data de hace 6.000 años.

El análisis de 21 individuos de cinco sitios arqueológicos reveló que esta población desapareció por completo hace no más de 2.000 años. Un cambio completo en la población probablemente fue causado por una migración desde Centroamérica, que trajo consigo tecnologías como la cerámica y las lenguas chibchas. Los individuos más antiguos fueron descubiertos en Checua, al norte de Bogotá, donde vivían a altitudes de alrededor de 3.000 metros.

Diversidad genética y avances en la investigación.

Las muestras de material genético de esta población primitiva ya no son detectables en los individuos de 2.000 años de antigüedad, lo que respalda la teoría de un cambio cultural y genético completo. Los científicos destacan que es inusual que los rastros genéticos de una población original desaparezcan por completo en América del Sur, como no se había observado anteriormente en la región de los Andes y el Cono Sur.

Además de los recientes descubrimientos en Colombia, un nuevo estudio realizado por científicos del... Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana y la Universidad de Zurich están involucradas en las raíces genéticas de 26 grupos de población en el oeste de América del Sur y México. Los resultados de esta investigación confirman la influencia de numerosas culturas complejas y revelan migraciones y conexiones desconocidas, proporcionando una visión más profunda de la historia de la población del continente.

Las investigaciones también muestran que el intercambio genético entre poblaciones muy separadas ha estado ocurriendo durante más de 4.000 años, lo que facilita la comprensión de los movimientos migratorios y las estructuras poblacionales resultantes a lo largo de los siglos. Estos análisis genéticos precisos son cruciales para comprender los numerosos acontecimientos que ocurrieron en los períodos precolonial y poseuropeo.

Implicaciones culturales y sociales

La integración de la investigación genealógica con datos arqueológicos y paleoclimáticos ha identificado importantes rutas migratorias y un contacto intensivo entre poblaciones a lo largo de los Andes y la región amazónica. Estos hallazgos apoyan la idea de que hubo conexiones significativas entre los hablantes de quechua y cocama a través de la migración.

La historia migratoria de Colombia no es sólo un tema académico, sino también un contexto de la realidad social actual. Desde el descubrimiento de América del Sur en el siglo XV, el continente ha experimentado numerosas oleadas de inmigración, particularmente en los siglos XIX y XX, provocadas por dificultades económicas e inestabilidad política. El Informe de migración destaca que los inmigrantes europeos, particularmente de Italia y España, constituyen proporciones significativas de la población en países como Argentina, Brasil y Uruguay.

Hoy en día, los desafíos que rodean la migración y la integración son particularmente apremiantes. La crisis venezolana ha provocado que millones de personas huyan a países vecinos en busca de una vida mejor. Estos complejos movimientos migratorios dejan claro que la diversidad genética y cultural de América del Sur no es sólo una cosa del pasado, sino que continúa dando forma a las estructuras sociales y la cara del continente.