La política climática fortalece la defensa de Europa: ¡un dividendo de mil millones de dólares!
La Universidad de Würzburg presenta un estudio que muestra cómo la política climática fortalece el presupuesto de defensa y promueve la seguridad de Europa.

La política climática fortalece la defensa de Europa: ¡un dividendo de mil millones de dólares!
El 2 de abril de 2025, un nuevo estudio de Joschka Wanner, economista de la Universidad de Würzburg, explica de manera impresionante cómo la política climática tiene una importancia crucial no sólo desde el punto de vista ecológico, sino también en términos de política de seguridad. Según este estudio, que se centra en los cálculos de la Instituto Kiel para la Economía Mundial Las ambiciosas medidas de protección del clima en la UE están teniendo un impacto positivo en el presupuesto de defensa.
Especialmente en tiempos de crisis, la política climática se considera un pilar central de la arquitectura de seguridad europea. El estudio cuantifica el valor añadido de esta política en materia de seguridad: cada euro que Europa gasta menos en petróleo reduce el fondo de guerra de Rusia en 13 céntimos. Esto significa que el ahorro de petróleo no sólo tiene un impacto económico, sino que también conduce a una reducción del gasto europeo en defensa de 37 céntimos por cada euro ahorrado.
El papel del precio del carbono
Un precio más alto del CO₂ y la introducción de un límite de velocidad en Alemania podrían aportar importantes beneficios relacionados con la seguridad. Según el estudio, un límite de velocidad en Alemania de aquí a 2030 podría ayudar a ahorrar 33 millones de toneladas de CO₂ y generar así un dividendo para la política de seguridad de unos dos mil millones de euros. Idealmente, los retrasos en los límites de CO₂ para las flotas de los fabricantes de automóviles podrían incluso generar un dividendo de alrededor de tres mil millones de euros.
Si Europa dejara de consumir petróleo por completo, el dividendo anual podría ascender a 104 mil millones de euros. Por ello, Wanner recomienda, por motivos geopolíticos, introducir un precio del CO₂ de al menos 60 euros por tonelada para reforzar la situación de seguridad de la UE. Un precio más alto del CO₂ y la extensión del comercio de emisiones de la UE al sector petrolero en la construcción y el transporte se consideran estratégicamente justificados, especialmente dada la agresiva situación geopolítica de Rusia.
El estudio lo demuestra claramente: la reducción de las emisiones no sólo fortalece el clima, sino también la seguridad de Europa. Esto está en línea directa con los objetivos a largo plazo de la política europea sobre el cambio climático, que apuntan a reducir las actividades perjudiciales para el medio ambiente y el clima y al mismo tiempo mitigar los efectos del cambio climático.
Retos y oportunidades de la transición energética
Sin embargo, implementar una política climática eficaz también plantea desafíos. El aumento de los costes energéticos está obligando tanto a las empresas como a los hogares a adaptar su comportamiento de consumo. Esto significa que las inversiones en dispositivos energéticamente eficientes, un mejor aislamiento térmico y energías renovables deben adquirir mayor importancia. Aunque estas medidas conllevan costes iniciales, a largo plazo reducen los costes energéticos y reducen la dependencia de los combustibles fósiles, como el Stuttgarter Bank. LBBB reflejos.
Un precio más alto del carbono tiene efectos de largo alcance en la movilidad, los precios de los alimentos y los precios de otros bienes de consumo. Por ejemplo, conducir con motores de combustión es cada vez más caro, lo que aumenta el atractivo de métodos de transporte alternativos como el transporte público o los vehículos eléctricos. Además, la industria automovilística alemana se enfrentará al reto de reinventarse para garantizar su competitividad mientras aumenta la demanda de electromovilidad en todo el mundo.
Dada la necesidad de transformarse hacia una economía baja en carbono, es esencial que los hogares que inviertan temprano en soluciones sostenibles se beneficien de menores costos de energía y suministros más estables. Este cambio no sólo ayudará a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que también mejorará la autosuficiencia energética, lo cual es particularmente deseable por razones de seguridad.
En conclusión, se reconoce cada vez más que la política climática europea es la clave para una seguridad estable y un crecimiento económico. Es un elemento esencial para hacer frente a los desafíos del cambio climático, reducir la dependencia de los combustibles fósiles y fortalecer la capacidad de defensa de Europa.