Salud mental de las personas sin hogar: ¡resultados de estudio alarmantes!
Un estudio del grupo de psicología jurídica de UNI Med Berlín arroja luz sobre los problemas de salud mental entre las personas sin hogar en Berlín.

Salud mental de las personas sin hogar: ¡resultados de estudio alarmantes!
Un estudio actual del grupo de psicología jurídica de la facultad de medicina de Berlín examina la salud mental de las personas sin hogar. La investigación incluye datos de 112 personas sin hogar, el 40% de las cuales eran mujeres, con una edad promedio de 44 años y un promedio de falta de hogar de cuatro años. Los resultados de este estudio muestran niveles significativamente mayores de estrés psicológico, un alto nivel de desesperanza, problemas con el alcohol y una alta tasa de victimización entre los afectados. Un aspecto central de los resultados es la identificación de la victimización como un importante factor de riesgo de problemas de salud mental, particularmente entre las personas más jóvenes sin hogar y las personas de origen inmigrante. El estudio destaca la necesidad de intervenciones psicosociales integrales para mejorar la salud mental de este grupo vulnerable. El artículo completo fue publicado en acceso abierto en la revista “Criminal Behavior and Mental Health” ( Enlace al estudio ).
La situación de las personas sin hogar en Alemania es alarmante. En 2018, alrededor de 678.000 personas vivían sin domicilio permanente. Una proporción significativa de este grupo sufre de enfermedades mentales. Según otro estudio, nueve de cada diez personas sin hogar sufrirán una enfermedad mental a lo largo de su vida. Las adicciones son el problema más común entre las personas sin hogar, seguidas de la depresión y los trastornos de ansiedad. Lo preocupante es que en dos tercios de los afectados la enfermedad mental ya estaba presente antes de quedarse sin hogar. El periodo medio entre los primeros síntomas y la pérdida de la vivienda es de seis años y medio.
Los desafíos de la salud mental
Las relaciones entre la falta de vivienda y las enfermedades mentales son complejas. Las enfermedades mentales a menudo ocurren antes de la falta de vivienda, pero también pueden ocurrir como resultado de la falta de vivienda. Andreas Jung, un ejemplo de este problema, experimentó un aumento en su abuso de alcohol durante su época de estudiante en Marburgo, lo que finalmente lo llevó a quedarse sin hogar. Después de varios contratiempos, finalmente buscó ayuda en un grupo de autoayuda y logró superar la adicción. Sin embargo, cuando tenía alrededor de 30 años cayó en una psicosis con delirios y alucinaciones, lo que le llevó a ser internado forzosamente en un hospital psiquiátrico. Su casera en ese momento le notificó su apartamento y le siguió una orden de desalojo.
Andreas Jung lleva muchos años viviendo en una residencia asistida, recibió apoyo y finalmente encontró su propio apartamento. Describe su vida actual como estable y contenta. Sus experiencias muestran cuán importante es el acceso a servicios de apoyo psiquiátrico y social, especialmente en tiempos de urbanización y cambios sociales, así como la carga adicional de la pandemia de COVID-19, que aumentó aún más las desventajas existentes.
Necesidad de enfoques interdisciplinarios
Las investigaciones confirman la alta prevalencia de enfermedades mentales entre las personas sin hogar. Un metaanálisis alemán muestra que hasta el 77,4% de las personas afectadas padecen trastornos mentales. Cuestiones como la marginación y el acceso al apoyo siguen siendo desafíos importantes. Muchas personas sin hogar tienen dificultades para obtener ayuda médica o psicológica, a menudo debido a la falta de información y a obstáculos administrativos.
Los estudios internacionales sugieren que las estrategias de tratamiento de extensión y la disponibilidad de viviendas de bajo umbral pueden tener efectos positivos en la retención residencial y los síntomas de enfermedades mentales. Los futuros proyectos de ayuda podrían beneficiarse de la participación de los afectados anteriormente y del uso de medios digitales. En definitiva, luchar contra el sinhogarismo requiere un enfoque interdisciplinar y la implicación activa de los afectados en el diseño de ofertas de apoyo para combatir la exclusión social y lograr una mejora sostenible de las condiciones de vida. ( Süddeutsche informa sobre la situación y PMC ofrece más información sobre los desafíos.)