Rostros en lo inanimado: ¡nuestro cerebro y la magia de la pareidolia!
Investigadores de la Universidad de Giessen investigan el reconocimiento facial en objetos y su conexión con la inteligencia artificial.

Rostros en lo inanimado: ¡nuestro cerebro y la magia de la pareidolia!
La capacidad de reconocer rostros en objetos inanimados es un fenómeno fascinante llamado pareidolia facial. Esta ilusión sensorial se puede ver, por ejemplo, en la espuma del café, en los troncos de los árboles o en las nubes. Las causas exactas de esta percepción aún no se comprenden del todo. Investigador de la Universidad Justus Liebig de Giessen (JLU) Sin embargo, arrojan algo de luz sobre esto y sugieren que se basa en la optimización simultánea de dos capacidades del cerebro humano: reconocer rostros y clasificar objetos.
En un estudio reciente publicado en la revista PLOS Computational Biology, los científicos de JLU examinaron las respuestas del cerebro humano a estímulos sensoriales y las compararon con redes neuronales desarrolladas mediante inteligencia artificial. Lo interesante es que sólo una red neuronal específica, entrenada tanto en caras como en objetos, mostró una respuesta similar del cerebro humano a los rasgos faciales en objetos inanimados. La Prof. Dra. Katharina Dobs, profesora de Informática Aplicada, enfatiza que ver caras en los objetos puede verse como un subproducto sistemático de la optimización cerebral.
Análisis de redes neuronales.
El estudio destaca el potencial de las redes neuronales artificiales (RNA) para explorar fenómenos complejos de la visión humana. Las RNA constan de nodos conectados mediante conexiones dirigidas, similares a las redes neuronales naturales del cerebro. Estas conexiones tienen diferentes valores, llamados pesos, y cada red requiere entrenamiento para optimizar su funcionamiento. Los tornillos de ajuste, como los pesos y las funciones de activación, como la función sigmoidea, se pueden ajustar para lograr mejores resultados. La capa de entrada recibe datos externos, que luego se propagan a través de la red hasta que dan como resultado la capa de salida.
En el contexto del funcionamiento de las redes neuronales, la especialización funcional también es importante. Los estudios han demostrado que las redes entrenadas para el reconocimiento de objetos son menos eficientes en el reconocimiento de rostros y viceversa. Sin embargo, las redes optimizadas para ambas tareas se dividen en sistemas separados para caras y objetos. Esto también se refleja en la forma en que el cerebro humano tiene regiones con funciones especializadas para el reconocimiento facial y la comprensión del lenguaje.
Perspectivas evolutivas
La investigación sugiere que el desarrollo evolutivo del cerebro humano a lo largo de millones de años, a medida que las redes artificiales se optimizan a través de millones de ejemplos de entrenamiento, ha llevado a una especialización funcional similar en las redes neuronales artificiales. Las interacciones sociales y los componentes emocionales no desempeñan ningún papel para la inteligencia artificial. La especialización funcional se identifica como la estrategia óptima para llevar a cabo estas tareas.
El Prof. Dobs es parte de la iniciativa del Grupo de Excelencia "La Mente Adaptativa" y el equipo de JLU ofrece un programa de maestría internacional "Mente, Cerebro y Comportamiento" como parte de esto.