Lucha por la libertad: ¡los científicos se defienden de Trump!
La Universidad Goethe de Frankfurt analiza el impacto de la administración Trump en la libertad académica y la educación.

Lucha por la libertad: ¡los científicos se defienden de Trump!
La administración Trump está llevando a cabo una campaña agresiva contra numerosas universidades de EE.UU., lo que tiene graves consecuencias para la investigación y la enseñanza. Una encuesta reciente realizada entre jóvenes científicos estadounidenses en la Universidad Goethe muestra una considerable preocupación por la libertad académica en Estados Unidos. Algunos científicos incluso prefieren no regresar a Estados Unidos. Se teme que el gobierno pueda influir en los planes de estudios de humanidades, ciencias sociales y ciencias de la tierra. Los jóvenes científicos se ven especialmente afectados por esta evolución y ven en peligro sus carreras y sus planes de vida. puk.uni-frankfurt.de informa que Heike Schäfer, una académica germano-estadounidense, está preocupada por las crecientes campañas para prohibir libros en los Estados Unidos.
Desde 2021, estas prohibiciones en bibliotecas públicas y escolares se han disparado. En el curso escolar 2023/24 se iniciaron más de 10.000 procedimientos de prohibición y ya se han prohibido más de 4.200 títulos. Esta tendencia ha llevado a la comunidad literaria a responder a la presión constante con eliminaciones creativas de textos conocidos, conocidas como “borrados”.
Reacciones y novedades en las universidades.
Las universidades se resisten cada vez más a los requisitos de la administración Trump. Por ejemplo, la Universidad de Harvard ha litigado contra una orden que niega el acceso a estudiantes extranjeros. Esta normativa entró en vigor en mayo de 2025 y afecta a alrededor de 6.800 estudiantes que ya están matriculados. A pesar del fallo judicial que reivindicó a Harvard, el gobierno estadounidense aún no ha emitido nuevas visas para estudiantes extranjeros y estudiantes de intercambio. El secretario de Estado, Marco Rubio, también ordenó a las embajadas que no programaran nuevas citas para solicitudes de visa. Esto demuestra el rumbo agresivo del gobierno, que también resulta en la intimidación selectiva de los científicos, lo que se considera una estrategia central de la administración Trump.
Estas medidas dieron lugar a importantes recortes financieros. En las primeras semanas de su segundo mandato, Trump recortó drásticamente la financiación para agencias de investigación y universidades. Estos recortes financieros no se limitan sólo a Harvard. También están pendientes importantes recortes de empleos en la Fundación Científica de Estados Unidos (NSF) y el Instituto Nacional de Salud (NIH). Se estima que el 65% de los empleados de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) podrían perder sus puestos de trabajo, mientras que los NIH podrían despedir a unos 1.165 investigadores, a menudo sin previo aviso a pesar de los buenos resultados.
Influencia política en la investigación.
Además, la administración Trump continúa una estrategia de influencia política sobre el trabajo científico a través de decisiones de personal. Un ejemplo de esto es el nombramiento de Jared Isaacman como jefe de la NASA, lo que plantea dudas sobre la independencia de la investigación. Ya durante el primer mandato de Trump, los científicos se vieron obligados a autocensurarse y los resultados fueron deliberadamente distorsionados o suprimidos. Métodos como la reciente directiva según la cual los geólogos sólo pueden evaluar los impactos del cambio climático hasta 2040 ilustran el control ejercido. La abogada Lauren Kurtz describe este desarrollo como una consolidación de la “guerra contra la ciencia”.
Para contrarrestar estos ataques a la ciencia, numerosos científicos y organizaciones se han unido y fundado el movimiento “Stand Up for Science”. Se están planificando protestas y manifestaciones en todo el país para defender la independencia y la integridad científica. También se pide una “Ley de Integridad Científica” para evitar futuras influencias.
Estos acontecimientos están recibiendo atención no sólo en los EE.UU. sino también a nivel internacional. Alemania y otros países europeos podrían beneficiarse del éxodo de científicos que están pasando por dificultades debido a la actual situación política en Estados Unidos. Alemania ocupa actualmente el cuarto lugar en el ranking de “Científicos altamente citados”, lo que subraya la necesidad de un panorama académico sólido en Europa.
En resumen, se puede decir que el panorama científico en Estados Unidos corre un gran riesgo debido a las intervenciones políticas y las condiciones financieramente inciertas. Los efectos pueden verse no sólo en la reducción de la financiación, sino también en la influencia política sin precedentes sobre los resultados y métodos de investigación. Deutschlandfunk destaca cómo la pérdida de libertad académica bajo Trump se percibe como cada vez más amenazante, mientras que tagesschau.de analizó las consecuencias a largo plazo de esta política.