Cerebro de cristal en Herculano: ¡descubrimiento sensacional en la investigación de volcanes!

Cerebro de cristal en Herculano: ¡descubrimiento sensacional en la investigación de volcanes!

Un hallazgo fascinante en Herculano arroja luz sobre el destino de la ciudad durante la devastadora erupción del Monte Vesubio en el año 79 d.C. Investigadores de las universidades de Roma (III), Clausthal y Nápoles han descubierto un cadáver inalterado en un lugar de culto, con el cerebro transformado en una sustancia única parecida al vidrio. Este descubrimiento representa el único ejemplo conocido de un "cerebro de cristal" en la Tierra y demuestra vívidamente el poder destructivo que acompañó a la erupción. Los resultados del extenso análisis se publicaron recientemente en la revista Informes Científicos publicado, lo que da un nuevo impulso a la comprensión de los acontecimientos de Herculano.

La investigación fue dirigida por el profesor Joachim Deubener de la Universidad Tecnológica de Clausthal, cuyo objetivo era demostrar que en realidad se trataba de vidrio y seguir investigando la formación de esta inusual sustancia cerebral. Los métodos de alta tecnología utilizados han alcanzado velocidades de calentamiento de hasta 1.000 grados por segundo para recrear las condiciones extremas que existieron durante la erupción. El análisis encontró que el cerebro se calentó a al menos 510 grados Celsius durante un período extraordinariamente caluroso antes de enfriarse rápidamente.

El escenario del brote

Los investigadores reconstruyen que una nube de cenizas muy fina pero caliente llegó a Herculano. Aunque esta nube solo dejó ceniza fina, tuvo efectos térmicos catastróficos, provocando que el cerebro de la víctima se vitrificara. Los hallazgos dejan claro que corrientes de ceniza tan finas pueden representar un peligro importante a pesar de su bajo impacto estructural. El hecho de que el cerebro y la médula espinal de la víctima fueran vitrificados a estas temperaturas extremas ilustra vívidamente los peligros que plantean los flujos piroclásticos.

El análisis del residuo de vidrio orgánico descubierto en el cráneo de otra víctima en 2020 respalda la teoría de que el cerebro se convirtió en vidrio cuando la víctima fue golpeada por la nube de ceniza extremadamente caliente. Este fenómeno es extremadamente raro en la naturaleza y los investigadores han llegado a la conclusión de que las condiciones para que se produzca deben ser muy especiales: las altas temperaturas y el rápido enfriamiento son cruciales. Sólo quedan unos pocos esqueletos en Herculano, ya que muchos residentes intentaron escapar del desastre.

La ciudad de Herculano

Herculano, que alguna vez fue un modesto pueblo de pescadores en el Golfo de Nápoles, contrasta marcadamente con Pompeya. Mientras Pompeya fue arrasada por piedras pómez y trozos de lava, Herculano experimentó un tipo diferente de destrucción. Plinio el Viejo describió en sus notas que llegó a la ciudad alrededor de las 6:00 p.m. y lo encontré ya enterrado. Los residentes que huyeron con la esperanza de ponerse a salvo a menudo se vieron sorprendidos por la abrasadora combinación de gases, que alcanzó temperaturas de más de 500°C.

Excavaciones recientes han descubierto evidencia de varios cientos de esqueletos en un cobertizo para botes y otras áreas de la ciudad. El examen de estos cadáveres mostró que las personas murieron en cuestión de segundos debido a una falla repentina de múltiples órganos, lo que demuestra los efectos de los flujos piroclásticos. A pesar de la destrucción, el estado de conservación de Herculano fue único: se conservaron muebles, ropa e incluso papiros. El calor había carbonizado muchos de los pergaminos, pero aún así los conservó, lo que permitió decodificarlos utilizando técnicas modernas.

En resumen, los hallazgos científicos sobre el cerebro del cadáver de Herculano no sólo proporcionan una visión profunda de los efectos catastróficos de la erupción del Vesubio, sino que también contribuyen a la investigación sobre el vulcanismo y la prevención de desastres. Los análisis detallados confirman los peligros que plantean los flujos piroclásticos y arrojan luz sobre cómo estos acontecimientos han dado forma a la historia de la humanidad.