Kidfluencers necesitados: ¡Cuando los niños sufren en la jungla de las redes sociales!

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El Dr. Till Nierhoff examina en la FernUniversität Hagen los aspectos legales de los kidfluencers y la presión sobre los niños en el espacio digital.

Dr. Till Nierhoff untersucht die rechtlichen Aspekte von Kidfluencern und den Druck auf Kinder im digitalen Raum an der FernUniversität Hagen.
El Dr. Till Nierhoff examina en la FernUniversität Hagen los aspectos legales de los kidfluencers y la presión sobre los niños en el espacio digital.

Kidfluencers necesitados: ¡Cuando los niños sufren en la jungla de las redes sociales!

En los últimos años ha surgido una nueva forma de trabajo infantil menos visible pero no menos preocupante: el fenómeno de los “kidfluencers”. Estos niños crean contenido en las redes sociales y llegan a una audiencia significativa. Según el Dr. Till Nierhoff, que realizó su doctorado sobre este tema en la FernUniversität de Hagen, este tipo de trabajo infantil a menudo no se reconoce como tal. Gran parte de los problemas surgen del hecho de que la situación jurídica es clara, pero muchas veces no se aplican las normas existentes.

Las condiciones laborales de los kidfluencers son complejas. Los padres que promocionan a sus hijos como personas influyentes actúan como empleadores y representantes legales. A menudo renuncian a sus puestos de trabajo para gestionar la “empresa familiar de medios de comunicación”. En este contexto, el Dr. Nierhoff en el popular canal de YouTube “Miley’s World”, del cual se gana la vida la familia. Para proteger financieramente a los niños, aboga por mecanismos de protección especiales, como un fondo para los ingresos del trabajo de los niños en los medios, para proteger no a los padres sino a los niños.

Psique infantil y presencia pública.

El estrés psicológico que conlleva trabajar como kidfluencer es otro tema central. Nierhoff pide más educación y debate sobre los efectos en la psique de los niños. Los niños también enfrentan una importante presión psicológica, agravada por el carácter público de sus actividades. El niño no sólo tiene que producir contenidos sino también cumplir con las expectativas de la audiencia. A menudo surge una presión peligrosa entre el éxito deseado y la inocencia infantil.

Los riesgos del mundo digital, incluidos el ciberacoso y la violencia sexual, son alarmantes. Según el D64 - Centro para el Progreso Digital, el trabajo infantil está generalmente prohibido en el sentido de la Ley de protección laboral juvenil (JArbSchG) en actividades remuneradas o con fines económicos. Incluso si existen excepciones para actividades artísticas o culturales, a menudo éstas no están claramente definidas.

Regulaciones y desafíos

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) y UNICEF diferencian entre trabajos ligeros permitidos y trabajo infantil, que incluye el empleo por debajo de la edad mínima. En Alemania, cualquier forma de pago de salario a niños menores de 15 años está permitida sólo de forma muy limitada y sujeta a aprobaciones específicas. El horario de trabajo de los niños está claramente regulado: los niños de 3 a 6 años pueden trabajar hasta dos horas al día, mientras que los niños de 6 años o más pueden trabajar hasta tres horas al día. Varias autoridades de supervisión son responsables de monitorear estas regulaciones, pero a menudo no toman medidas suficientes debido a recursos inadecuados y semanas de tiempo de procesamiento.

El ejemplo de Ryan Kaji, de 8 años, que fue el YouTuber con mayores ingresos en 2019 con 26 millones de dólares, muestra lo lucrativo que puede ser la influencia infantil. Pero no es sólo el factor dinero lo que importa: los niños de entre 7 y 13 años deberían participar con sus padres a la hora de tomar decisiones sobre sus actividades en línea, ya que a menudo no pueden comprender completamente las implicaciones de este tipo de publicaciones.

El debate sobre los kidfluencers plantea cuestiones fundamentales sobre el papel de los padres, que en muchos casos persiguen un interés propio. El D64 enfatiza la necesidad de un uso responsable de las redes sociales y pide una mayor acción gubernamental para apoyar y proteger mejor tanto a los kidfluencers como a sus padres.