Descubrimiento en el tomate: ¡Un nuevo péptido podría revolucionar la producción vegetal!
Una investigación de la Universidad de Hohenheim descubrió en los tomates el péptido AntiSys, que regula las reacciones inmunes y promueve el crecimiento de las plantas.

Descubrimiento en el tomate: ¡Un nuevo péptido podría revolucionar la producción vegetal!
Un descubrimiento importante en la investigación de plantas podría revolucionar la comprensión de las defensas inmunes del tomate. Un equipo de investigación de Universidad de Tubinga y el Universidad de Hohenheim ha descubierto un nuevo péptido llamado AntiSys que es crucial para el crecimiento y la reproducción normales de las plantas de tomate. AntiSys actúa impidiendo que el sistema inmunológico de la planta reaccione exageradamente. Esto es particularmente importante porque las reacciones de defensa excesivas pueden afectar el crecimiento y la productividad de las plantas.
Los tomates utilizan el péptido señal systemina para defenderse de los depredadores activando respuestas de defensa cuando son dañados por insectos. Durante una infestación de insectos, la sistemina se libera en grandes cantidades y activa el receptor SYR1. AntiSys, por su parte, bloquea este receptor sin activarlo, manteniendo el sistema inmunológico del tomate en estado inactivo.
Consecuencias del descubrimiento para la agricultura
En los experimentos, los mutantes que no producían AntiSys empeoraron significativamente, tuvieron menos cuajados y malformaciones. Estos resultados plantean dudas sobre si existen antagonistas similares en otras especies de plantas y cómo pueden usarse potencialmente para mejorar los cultivos. El estudio fue publicado en la revista Cell y podría tener implicaciones de gran alcance para la agricultura.
Los paralelos con el sistema inmunológico humano son notables. También en este caso, los antagonistas amortiguan las citocinas activadoras para mantener en equilibrio las reacciones inflamatorias. Esto podría conducir potencialmente a nuevas investigaciones en biología vegetal que impulsen el desarrollo de plantas resistentes.
CRISPR/Cas9: Una tecnología revolucionaria
Si bien el descubrimiento de AntiSys representa un paso importante en la investigación de plantas, la tecnología de edición de genes CRISPR/Cas9 está causando revuelo en la comunidad científica. CRISPR/Cas9 es una técnica revolucionaria para corregir mutaciones genéticas y crear organismos genéticamente modificados precisos. Las posibles aplicaciones son muy variadas: desde el tratamiento de enfermedades hereditarias hasta el desarrollo de plantas resistentes.
El sistema CRISPR, un sistema de defensa natural de las bacterias, permite cortar específicamente el ADN y luego modificarlo mediante diversos mecanismos de reparación. Dado que más del 70% de los proyectos de edición del genoma del mundo utilizan CRISPR/Cas, este método se ha establecido como fundamental para la biología moderna. Destacan especialmente avances como la resistencia de las variedades de trigo al oídio o la producción de trigo sin gluten.
Sin embargo, estos avances también enfrentan preocupaciones éticas. Los críticos argumentan que CRISPR/Cas debería considerarse una forma de ingeniería genética porque el genoma está técnicamente manipulado. Los defensores, a su vez, enfatizan que las herramientas se retiran después de su uso y que las plantas no contienen genes extraños.
Perspectivas de futuro y regulaciones
En 2024, 1.500 investigadores, entre ellos 35 premios Nobel, pidieron que los métodos de edición del genoma fueran reconocidos como métodos legítimos de reproducción. Sin embargo, la legislación europea sigue siendo una cuestión delicada. El Tribunal de Justicia de la UE dictaminó en 2018 que las plantas editadas con CRISPR/Cas se consideran organismos genéticamente modificados, lo que dio lugar a regulaciones estrictas en la UE. Sin embargo, la Comisión de la UE está planeando una reforma para relajar los requisitos, lo que podría ofrecer la perspectiva de una mayor aceptación de CRISPR/Cas en Europa.
En todo el mundo, en países como EE.UU. y China, se aplican normas mucho menos estrictas a las plantas genéticamente modificadas. Esto podría dar lugar a que la situación competitiva entre regiones cambie a favor de aquellos países que tienen leyes de ingeniería genética menos restrictivas.