Inteligencia emocional: ¡la clave para el liderazgo y la innovación modernos!
El 24 de junio de 2025, expertos discutirán en París las dimensiones emocionales de la justicia y las crisis: importantes conclusiones de UNI KU Ingolstadt.

Inteligencia emocional: ¡la clave para el liderazgo y la innovación modernos!
Imke von Maur, distinguida profesora de filosofía en la KU Eichstätt-Ingolstadt, participó recientemente en un importante evento en París. Junto con Lucy Osler de la Universidad de Cardiff, discutió los desafíos y oportunidades asociados con las dimensiones afectivas de la justicia. Quedó claro que muchos científicos se ocupan de temas como las crisis socioecológicas, los cambios políticos y la guerra. Von Maur enfatizó que estos desarrollos representan no sólo cuestiones teóricas, sino también desafíos emocionales para sujetos responsables. Destacó el potencial positivo de la emocionalidad humana, incluyendo la resiliencia, la solidaridad y el anhelo de convivencia pacífica; Temas que son sumamente relevantes en un mundo cada vez más polarizado.
El evento también fue una parte importante de la Plataforma Europea para el Estudio de las Emociones (EPSSE), considerada una plataforma central para el intercambio filosófico sobre las emociones. La reunión anual de EPSSE se celebra anualmente en diferentes ciudades europeas y en los últimos años se ha visitado Lisboa, Tartu, Graz, Pisa, Madrid y Atenas. La sociedad es conocida por su atmósfera abierta y colegiada y promueve el diálogo sobre la inteligencia emocional y su impacto social.
La justicia social en el punto de mira
Paralelamente a los debates sobre las emociones, existe una preocupante tendencia hacia la desigualdad de ingresos y riqueza en Alemania. Una proporción cada vez mayor de la población se ve afectada por el estancamiento o incluso la disminución de los salarios reales. De hecho, resulta que el diez por ciento de los que más ingresos obtienen ahora poseen casi dos tercios de los activos totales. Mientras el diez por ciento más pobre lucha por cubrir sus gastos de subsistencia, la desigualdad se vuelve evidente en diversas áreas de la sociedad, ya sea el sistema educativo, el sistema fiscal o la atención médica. Estos factores son percibidos cada vez más por la sociedad como injusticia social.
La percepción de las desigualdades depende en gran medida de las definiciones individuales de justicia social. La justicia social suele entenderse como la distribución de derechos, posiciones y bienes en una sociedad y también incluye la forma en que el Estado toma decisiones de distribución. Los conflictos sobre la distribución afectan tanto a los bienes como a las cargas y a menudo están mediados por instituciones sociales.
La inteligencia emocional como competencia clave
En el contexto de estos desafíos sociales, el concepto de inteligencia emocional (IE) está adquiriendo cada vez más importancia. Originalmente popularizada por Daniel Goleman, la IE describe la capacidad de reconocer y comprender las propias emociones y responder con empatía a las emociones de los demás. Las empresas modernas confían cada vez más en la inteligencia emocional como competencia clave en el desarrollo del personal. Especialmente en tiempos de VUCA (volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad) y BANI (frágil, ansioso, no lineal, incomprensible), está claro que la inteligencia emocional es crucial para la capacidad de innovar y retener a los empleados.
Una encuesta de 2021 encontró que casi el 70% de los ejecutivos cree que un estado de ánimo positivo aumenta la productividad. La seguridad psicológica, estrechamente ligada a la inteligencia emocional, es crucial para la satisfacción laboral y la retención de los empleados. La comprensión de la inteligencia emocional como parte del desarrollo de la personalidad y la salud mental se integra cada vez más en los programas de desarrollo de recursos humanos.
En conclusión, tanto las emociones como las cuestiones de justicia social deben abordarse urgentemente en la sociedad actual. Los esfuerzos de investigadores como Imke von Maur y la creciente importancia de la inteligencia emocional en el mundo laboral pueden contribuir significativamente a una convivencia más justa y empática.